El ejercicio profesional se presta de la forma más tradicional de ejercicio del abogado, en que el consejo jurídico o la dirección de un litigio se asume desde el inicio por el abogado titular o uno de los asociados del bufete, quién asume en todo momento la única dirección del asunto y la consecuente responsabilidad, sin perjuicio de que pudiera auxiliarse en su tarea de otros abogados colaboradores, sean pasantes o abogados de convenio.
La actuación del abogado está regida en todo momento por el principio de libertad, independencia, dignidad, integridad y desde luego perseverando en la defensa del sigilo, porque el secreto no es nuestro privilegio sino el del cliente. Nuestros valores son la ética profesional y el diseño de una estrategia atendiendo la singularidad del cliente y sus necesidades.